sábado, 30 de octubre de 2010

IVA va, IVA viene. La democracia, por el camino se entretiene



Anuncia El País esta semana que, con la subida del IVA, Hacienda ha recaudado 630 millones de euros extra en sólo dos meses, y que, hasta final de año, la previsión es de llegar a los 1.900 millones adicionales.

El IVA es un impuesto indirecto que pagamos todos, como en el anuncio de la Cola-Cola: los gordos, los flacos, los bajos, los altos, los feos, los guapos. Grava los coches de lujo, pero también los utilitarios y el metro; los viajes con pulserita "todo incluido", y el precio de una tienda de campaña; un chalet en los pinos, y una cueva en El Castillo. El IVA grava el pan de oro que recubre los tronos de las hermandades, y el pan negro que se comen los celíacos; los bogavantes y las sardinas; El Quijote en facsímil y en edición de bolsillo; el IVA grava la luz, el agua, la gasolina y, a este paso, el aire que respiro.

Es un impuesto indirecto. Todos pagamos el mismo IVA, el dueño de Inditex y el reponedor del Mercadona. El IVA, el 18, el 8, el 4, un cartón de bingo que siempre tiene premio, el mismo para todos, para el que sólo tiene cobre en los bolsillos y el que lleva platino hasta en los dientes.

Dice la Constitución Española, art. 31.1: "Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y PROGRESIVIDAD que, en ningún caso, tendrá alcance confiscatorio". 

Los impuestos serán progresivos: pagará más el que más tiene. Si es justo o no lo argumentará cada cuál en función de su lugar en la escala paupérrimo-ultrarrico. Pero es lo que dice la Constitución. Y es la única referencia que se hace en ella a los impuestos, que tienen dos funciones: una, recaudatoria, para financiar los servicios públicos; otra, redistributiva de la riqueza, para conseguir una mayor igualdad social.

El IVA es un impuesto nada progresivo, igualitario ni redistributivo, y, desde luego, poco democrático.

Del IVA ni siquiera podemos hacernos insumisos fiscales.

No nos engañe el Gobierno, pues. Con la subida del IVA estamos pagando, entre todos, los "ladrillos" que deberían estar comiéndose los bancos, los urbanizadores, los constructores y las inmobiliarias. Pero las hipotecas no nos las subvenciona nadie.

lunes, 11 de octubre de 2010

Hispanidad

Un silbido lejano se acerca poco a poco... "Buenos días, princesa. Son las siete y cinco, son las siete y cinco, son las siete y cinco, son las siete y cinco..." Hostias, el despertador. Tengo que ir a trabajar.

Lunes, 11 de octubre, 7:10 a.m. Como dice el refranero: "A quien madruga... pos que hubiese estudiao". Lunes prefiesta. Toda España está de puente menos yo. Mañana es 12 de octubre y se celebran muchas cosas.

Ducha. Desayuno: tostá de bollo con aceite de La Puebla. Radio Nacional: encuestas sobre intención de voto. Crónica parlamentaria: "que si yo rojo, tú azul, que aquél, verde como aceite del molino verde". Parece que nuestros políticos se pasan las legislaturas mirando la carta de colores de un esquimal. Y la casa por pintar, con la que está cayendo.

Los mañicos llevan bailando "los Pilares" por las calles de Zaragoza casi una semana. Las Fuerzas Armadas nos obsequiarán mañana con otro bonito desfile militar: acrobacias aéreas, tanques alquilados, el Rey, la cabra y los legionarios de la cabra. Ahhhhhhhh, la Hispanidad... Cuando yo era pequeña también lo llamaban "El Día de la Raza". Jevi, ein?

En la calle. El fresquito de la mañana en la cara. Está nublado. Por la carretera apenas si encuentro más que camiones de mercancías. Casi toda España está de fiesta. Espero que la Guardia Civil esté celebrando patrona, porque voy tarde. Con tanta obra, raro es el tramo de la autovía que no está limitado a 60. Dicen que mi alcalde quiere poner un AVE Alcalá-Montequinto. Qué flash. De la cama al trabajo a 350 km/hora.

La Hispanidad... Las fiestas nos mantienen de buen humor. Las fiestas y Fernando Alonso, y Toni Elías, Jorge Lorenzo, Rafa Nadal, “la roja”... Ha sido un buen fin de semana de circo.

¿Qué pensará un esquimal del día de la Hispanidad? ¿Y al otro lado del charco, qué pensarán? Desde la Argentina, los Fabulosos Cadillacs: "Quiero vivir en América, quiero morir en América, quiero ser libre en América, me van a matar en América. El Quinto Centenario no hay nada que festejar. Latinoamericano descorazonado, hijo bastardo de colonias asesinas. Cinco siglos no son para fiesta, celebrando la matanza del indígena. Cuántos estandartes en las carabelas, cruzando océanos, la decadencia. Hispanoamérica se viste de fiesta, celebrando la matanza del indígena. No hay nada que festejar,  juventud de América. No debemos festejar. Colonia imperialista teñida de sangre, sangre nativa, sangre de la tierra donde el indio nació y no pudo conservar, donde el indio murió y creció con sueños de libertad. No hay nada que festejar." Hispanidad: cada cuál con su verdad. Fabulosos Cadillacs: Quinto Centenario

Trabajo, trabajo, trabajo con el blanco de los ojos inyectado por una noche de insomnio febril, tras la prematura gripe que me ha dejado las costillas tiritando, otra vez. En estos días, tó los bichos se vienen conmigo...

Vuelvo a casa conduciendo, maravillada por decenas de algodones de azúcar que alguien ha colgado para mí, salpicados aquí y allá, en un cielo "azul celeste luz otoñal en Sevilla". Tienen razón los esquimales: más de treinta blancos distintos en su retahíla. Las nubes no son solo blancas...

Feliz Nóbel para Vargas Llosa y todos los hispanohablantes. 450 millones de personas compartiendo el español. "Segunda lengua del mundo por número de hablantes nativos y segundo idioma de comunicación internacional", dice el informe presentado por el Instituto Cervantes este mismo año. Y, sí, han contado el chino. ¿Porqué será tan difícil que nos entendamos hasta con el vecino de al lado?